Correlimos gordo

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A finales del verano comienzan a llegar los bandos de Correlimos Gordos, procedentes del lejano norte. Han pasado el verano más arriba del círculo polar, en la tundra de las últimas penínsulas siberianas y los bandos parten para las tierras australes.
Estos bandos se forman a medida que avanza la estación; las aves se aglomeran en tales proporciones que cubren el suelo como una capa hormigueante. El vuelo simultáneo de estas miríadas de aves es un espectáculo impresionante, pero este conjunto de millares de alas zumbando obedece a impulsos tan admirablemente coordinados que maravillan al observador.
En primavera, tanto han cambiado con el plumaje nupcial que apenas se reconocen estos limícolas. Con poca prisa para llegar a sus tierras de origen, retrasan su partida de nuestras costas, a veces durante tanto tiempo que algunas renuncian a partir y pasan el verano aquí.
Como es lógico, tampoco cría en España, pero es muy abundante en migración en las costas atlánticas, donde puede verse a partir de agosto; en primavera se ven raros ejemplares en el interior.